Sin empacho

Elvira Navarro

Elvira Navarro

Ignoro si era sólo cosa de algunos, pero recuerdo hasta hace no mucho el argumento de que, si viéramos la explotación bárbara de, por ejemplo, los trabajadores de las fábricas que proveen a las multinacionales de moda, nos plantearíamos nuestra forma de consumir. Era, y sigue siendo, un argumento muy optimista, pues nos supone, como sociedad, una capacidad para dirimir lo que es justo y actuar en consecuencia, aunque dicho así suena demasiado esencialista. Nuestra idea de la justicia no es más que eso, una idea. Sea como sea, creo en ella, y no soy ni la única ni una minoría en un país que, si bien a duras penas tuvo Ilustración, hunde no obstante sus raíces culturales en el cristianismo, de donde sale lo de amar al prójimo como a uno mismo.

Parece pues muy justificado desde el punto de vista teórico, aunque haciendo caso omiso al práctico, a la Historia (la Historia  casi nunca nos deja en buen lugar) lo de que, si tuviéramos delante cómo son explotados quienes posibilitan que podamos comprar camisetas por 20 euros y zapatillas de deporte por 50, se nos cayera la cara de vergüenza y nos decidiéramos por camisetas y deportivas fabricadas sin abusar de nadie, y en consecuencia más caras. Que nos decidiéramos por un consumo responsable. Hasta hace no mucho, el producto se pagaba más proporcionadamente. A cambio, era mejor. Bien cuidado duraba muchos años, y comprarse ropa y zapatos se vivía como un acontecimiento. Mi madre se pasó los años de universitaria con dos vestidos.

Hoy tenemos delante a trabajadores cuyas condiciones son esclavas y no nos da ningún pudor consumir de una forma que nos deja en el mismo lugar que los humanos gordos y estupidizados de la película Wall-E. Me refiero a los repartidores de comida de Glovo, Uber Eats y etcétera, que se juegan la vida a cambio de un sueldo de miseria porque hay quienes no quieren caminar dos manzanas, o cuatro, o seis, y tampoco rascarse el bolsillo de una manera no mezquina, para tener su pizza o su hamburguesa vegana sin levantarse del sofá, sin salir de la oficina. He oído argumentar que peor sería si no tuvieran trabajo, con una esa cortedad de miras cortoplacista empeñada en ignorar que el deterioro de las condiciones laborales de cualquier sector tiene consecuencias para todos. Estamos pagando muy caro el consumismo desaforado, y nuestras justificaciones resultan poco verosímiles. Nuestros sueldos, nos decimos, no dan para comprar una camisa fabricada en condiciones decentes, pero a continuación adquirimos un móvil de última generación, hacemos viajecitos en vuelos low cost y nos alojamos por Airbnb mientras nos quejamos de la gentrificación de nuestros centros. Es cierto que vivimos peor que hace veinte años, pero también que la responsabilidad es, en parte, nuestra: no luchamos por el buen funcionamiento del mundo. Hemos asumido sin empacho alguno el marco ideológico neoliberal, y nos conformamos con pisitos de mierda, viajecitos de mierda, comida de mierda, empleos de mierda, educación de mierda, ropa de mierda y un ocio cada vez más infantilizado. Mientras tengamos redes sociales para acusar al Otro de los males de la sociedad y centros comerciales abarrotados, ¿qué más da que la verdad de todo esto sea que unos trabajadores precarios exploten a otros trabajadores aún más precarios?

Tu privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar nuestros servicios con fines analíticos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación y para incorporar funcionalidades de redes sociales. Podrás cambiar de opinión y modificar tus opciones de consentimiento en cualquier momento al volver a esta web y accediendo a la página Política de Cookies.

Panel de gestión de cookies

✓ Permitir todas las cookies
✗ Denegar todas las cookies
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Usualmente están configuradas para responder a acciones hechas por usted para recibir servicios, tales como ajustar sus preferencias de privacidad, iniciar sesión en el sitio, o llenar formularios. Usted puede configurar su navegador para bloquear o alertar la presencia de estas cookies, pero algunas partes del sitio web no funcionarán. Estas cookies no guardan ninguna información personal identificable.

Cookies técnicas

✓ Permitir
✗ Denegar
Las cookies estadísticas nos permiten contar las visitas y fuentes de circulación para poder medir y mejorar el desempeño de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más o menos populares, y ver cuántas personas visitan el sitio.

Google Analytics

Ver sitio oficial
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Estas cookies pueden ser añadidas a nuestro sitio por nuestros socios de publicidad/medios sociales. No almacenan directamente información personal, sino que se basan en la identificación única de tu navegador y dispositivo de Internet para ofrecerle compartir contenido en los medios sociales o para mostrarte contenido o anuncios relevantes en nuestro sitio web u otras plataformas.
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Subir al principio de la página