Vivir en la basura

Elvira Navarro

Elvira Navarro

La primera vez que olí Valdemingómez fue un mes de septiembre, de madrugada, aún con el calor del verano. Nos acabábamos de mudar a Congosto,  que está en el límite con el Ensanche de Vallecas. Nos despertó un tufo agrio, denso, putrefacto, tan viscoso como el bochorno de la habitación. Cuatro o cinco noches después ocurrió lo mismo: un hedor poderoso que interrumpía el sueño. La hediondez también se cernía sobre esa parte de la ciudad durante el día, con regularidad, retando el asco.

Valdemingómez es el vertedero de la capital.  Está entre Madrid, Rivas y Perales del Río, y no es urbanizable por su insalubridad. Tiene una planta incineradora de residuos. Resulta teóricamente inhabitable, aunque en la práctica se ha convertido en la cara B de Madrid: lo atraviesan kilómetros de chabolas que, al igual que las montañas de basura y la planta incineradora, son invisibles desde la M-50. Se trata de la famosa Cañada Real.

La historia de los olores de Valdemingómez está en la prensa, y también las dudas sobre sus efectos sobre la salud. En febrero de 2017 el diario El Mundo relataba en la noticia “¿El vertedero de Valdemingómez perjudica seriamente la salud?” que se iba a llevar al pleno del Ayuntamiento de Madrid una petición de los vecinos del distrito Villa de Vallecas para investigar si el número inusualmente elevado de algunos tipos de cáncer en la zona se debía a las emisiones del vertedero de Valdemingómez. El asunto quedó en lo indemostrable. Según los datos oficiales, lo que la incineradora escupe a la atmósfera no rebasa los límites legales establecidos. Sin embargo, vecinos y ecologistas se apoyan en un estudio del año 2012 del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, donde se concluyó el incremento del riesgo de muerte por cáncer en localidades próximas a incineradoras, para lograr poner en marcha un plan de residuos que prescinda de la incineradora.

Y a lo que voy: en torno  a este paraíso de malos olores y seguridad dudosa, en esta tierra devastada por el vertedero, los polígonos industriales, la contaminación, la pobreza y las autopistas, Madrid va a seguir creciendo. Antes de la crisis se planearon construir 105.000 viviendas por estos lares. Puede pensarse que quizás eso ayudará a esta tierra degradada a adquirir un poco de dignidad. A rehabilitarse, siempre y cuando las cosas se hagan bien. Pero ya hay un punto de partida nefasto: Valdemingómez.

Me asombra que no se cuestione por qué los gobernantes condenan a los ciudadanos (que, por cierto, los han elegido) a vivir en torno a un basurero infecto. Lo lógico sería quitar de allí la basura antes de construir, o sencillamente dejar esa tierra tan yerma como ahora, sin más función que hacer de frontera con los miasmas. Seguir siendo un desierto de yeso donde sólo crece el esparto y los conejos escarban sus madrigueras.

El Ayuntamiento de Carmena trató de corregir este desquicie destinado a clases medias y bajas. En concreto, se pretendió reducir el número de viviendas a 38.708  y declarar no urbanizables dos millones de metros cuadrados, lo que parece algo razonable teniendo en cuenta todo lo anterior, aunque insuficiente. Pero ni siquiera se contempla la insuficiencia: el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha paralizado lo que, al menos desde el punto de vista del ciudadano, parece de sentido común, incluso aunque no cupiera ninguna duda sobre la inocuidad sobre la salud de la incineradora. Pues el mal olor y las montañas de porquería seguirán estando ahí.

Tu privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar nuestros servicios con fines analíticos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación y para incorporar funcionalidades de redes sociales. Podrás cambiar de opinión y modificar tus opciones de consentimiento en cualquier momento al volver a esta web y accediendo a la página Política de Cookies.

Panel de gestión de cookies

✓ Permitir todas las cookies
✗ Denegar todas las cookies
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Usualmente están configuradas para responder a acciones hechas por usted para recibir servicios, tales como ajustar sus preferencias de privacidad, iniciar sesión en el sitio, o llenar formularios. Usted puede configurar su navegador para bloquear o alertar la presencia de estas cookies, pero algunas partes del sitio web no funcionarán. Estas cookies no guardan ninguna información personal identificable.

Cookies técnicas

✓ Permitir
✗ Denegar
Las cookies estadísticas nos permiten contar las visitas y fuentes de circulación para poder medir y mejorar el desempeño de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más o menos populares, y ver cuántas personas visitan el sitio.

Google Analytics

Ver sitio oficial
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Estas cookies pueden ser añadidas a nuestro sitio por nuestros socios de publicidad/medios sociales. No almacenan directamente información personal, sino que se basan en la identificación única de tu navegador y dispositivo de Internet para ofrecerle compartir contenido en los medios sociales o para mostrarte contenido o anuncios relevantes en nuestro sitio web u otras plataformas.
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Subir al principio de la página