Liderazgo saludable
Begoña de la Sota
Desde hace tiempo, y especialmente a raíz de la pandemia, se está hablando mucho de la importancia de cuidar en las organizaciones la salud mental, promoviendo estados de bienestar que marquen la manera en la que pensamos, regulamos nuestros sentimientos y los compartimos. A nivel de compañía, desde Mediacom llevamos meses desarrollando diferentes iniciativas que ayuden a nuestros equipos a sentirse bien en su día a día, promoviendo así entornos de trabajo más saludables y personales, en los que ponemos a cada persona y sus circunstancias en el centro de nuestra estrategia interna.
Como líderes, promover estos entornos más saludables mental y físicamente debe ser uno de nuestros objetivos fundamentales de gestión. Si nuestra gente se encuentra y se siente bien, dentro y fuera de la compañía, estaremos más preparados y concentrados para superar con éxito los retos que nos planteen los clientes, la economía y la sociedad en los próximos años.
¿Qué es lo que nos puede impedir conseguir estos objetivos en el corto plazo? En mi opinión, la clave radica en los directivos. Como líderes, solo podremos cuidar la salud mental y física de los demás si lo hacemos nosotros primero. Si las personas que gestionamos las empresas no estamos bien, nada funcionará al 100%, teniendo un efecto en cadena que repercutirá inevitablemente en el resto de la organización. Desde la pandemia, los CEOS nos hemos concentrado en desarrollar acciones para ayudar a todos nuestros stakeholders, dedicándonos menos tiempo a nosotros mismos. El día a día nos come, y es importante tener espacios de descanso y de cuidado personal y profesional que nos permitan estar fuertes y preparados para afrontar la realidad cambiante que nos rodea.
En este sentido, desde hace meses, yo como directiva he decidido cuidarme, poniendo mi salud mental por delante. Para ello estoy trabajando en algunos tips que comparto aquí para todos los líderes, en especial mujeres, que dirigen compañías y quieren sentirse mejor cada día.
Tiempo físico y mental
Intento reservar un tiempo para mí, para cuidarme no solo como directiva, sino también como madre, mujer y, sobre todo, persona. En ese tiempo hago ejercicio, cuido mi mente y me dedico en cuerpo y alma a las cosas que más me relajan y más feliz me hacen, llenándome de fuerzas y energías renovadas.
Prever los temas
También cada semana busco tiempo para pensar no solo en el presente, sino también en el futuro. Es un ejercicio que me permite hacer previsiones para estar preparados para lo que pueda ocurrir a nivel de tendencias, evolución de clientes, necesidades de las marcas, etcétera, y de esa manera dar las directrices más adecuadas a mi equipo, de manera realista y siempre desde un punto de vista positivo.
Dar gracias
En los últimos años también he aprendido a apreciar todo lo bueno que tengo alrededor y a dar gracias por ello. Ser generosa con los demás, y demostrarlo, es algo que me hace sentir en paz conmigo misma y con el mundo que me rodea. Esto me ha permitido ser más más altruista no solo en el trabajo, sino también poniendo mi granito de arena en diversas iniciativas sociales, medioambientales o culturales.
Pedir ayuda
La mayoría de las veces, los directivos, especialmente las mujeres, nos sentimos solas ante el poder. Más que una realidad, suele ser una percepción personal que nos frena en el objetivo de sentirnos bien. En mi caso, he entendido que fuera y dentro de la organización tengo personas maravillosas que me aprecian y están dispuestas a echarme una mano cuando lo necesite. Se trata de un ejercicio de confianza y de entender hasta dónde podemos llegar.