La avanzada femenina contra el cambio climático
Comienza la primera expedición de científicas españolas a la Antártida para estudiar el calentamiento global

El próximo 14 de febrero partirán, literalmente, hacia el fin del mundo. Así se conoce a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, situada en el extremo sur del continente americano. Puede sonar romántico, pero en la actualidad la capital de Tierra de Fuego es en realidad una de las ciudades más turísticas de Argentina. Allí, Alicia Pérez Porro, Alexandra Dubini, Ana Payo y Uxua López se embarcarán en una expedición científica con otras ochenta mujeres procedentes de todo el mundo.
Todas forman parte de Homeward Bound, un programa internacional de liderazgo y empoderamiento para mujeres del ámbito científico y tecnológico que busca que más mujeres adopten roles de liderazgo en la batalla contra el cambio climático. Su lema: ‘La madre tierra necesita a sus hijas’. Se lanzó hace un par de años, pero es la primera vez que tendrá participación española.
¿Y qué tiene que el empoderamiento femenino con la búsqueda de soluciones al calentamiento global?, se preguntarán algunos. Pues bastante, como ellas mismas explican: “Las mujeres podemos aportar soluciones diferentes a problemas globales que ahora mismo nos están ganando la batalla”, asegura Uxúa López, ingeniera de telecomunicaciones y experta en energías renovables. “La lucha contra el cambio climático no puede prescindir durante más tiempo del 50% del conocimiento y la creatividad”, coincide Alicia Pérez Porro, bióloga marina que estudia cómo el cambio climático afecta a los ecosistemas marinos.
Pérez Porro señala también el valor simbólico de una expedición exclusivamente femenina en un entorno tan históricamente masculino como la Antártida. “Quizá una niña nos vea en la televisión o los periódicos y diga: esto es lo que yo quiero ser. El objetivo es también cambiar el imaginario colectivo y que niños y niñas vean que las mujeres pueden llegar a cualquier sitio”. Lo del territorio de hombres no es broma. Hasta hace no mucho, el continente blanco fue, de hecho, zona prohibida para las mujeres. La exploradora Caroline Mikkelsen fue en 1935 la primera en poner un pie allí. La pionera española fue, en 1984, la oceanógrafa Josefina Castellví, que llegó formando parte de una expedición internacional. Después impulsó y dirigió la base española antártica Juan Carlos I en la isla Livingstone.
Del equipo español de este año también forman parte Alexandra Dubini, francesa afincada en Córdoba especializada en el desarrollo de biocombustibles a través de algas verdes y la descontaminación de aguas residuales, y la oceanógrafa Ana Payo, que trabaja en el desarrollo de estrategias que mitiguen los efectos del cambio climático sobre la diversidad. Las cuatro han sido elegidas, como el resto de sus compañeras de otros países, entre más de 300 candidatas. Las elegidas han tenido que sufragarse, además, los 16.000 euros que cuesta la expedición en sí. Si sumamos, además, equipamiento, traslados y seguros médico y de viaje, los gastos de la aventura oscilan entre los 20.000 y los 22.000 euros. Cuentan con el apoyo de Acciona, que ha cubierto una parte. Para conseguir el resto del dinero han buscado otros patrocinadores, dado charlas e incluso recurrido al crowdfunding.
El premio a su esfuerzo serán tres semanas de estancia en el barco Antarpply, que las llevará a visitar cinco estaciones científicas (China, Rusia, Reino Unido, Argentina y Estados Unidos). En ese tiempo no harán investigación, sino que verán los efectos del calentamiento global en directo (como dice Alicia Pérez Porro, la Antártida es como “el canario en la mina del cambio climático; cualquier cosa que pasa se nota allí primero”), conocerán el trabajo de otros expertos, compartirán avances y colaborarán en el desarrollo de nuevos enfoques y proyectos para intentar atajarlo.