En busca de las causas del aborto involuntario
Un proyecto de investigación en Andalucía pretende explicar esas interrupciones del embarazo que siguen siendo un misterio
Un aborto involuntario es la pérdida de un embrión o feto antes de la semana 20 de embarazo (a partir de ese momento se habla de parto prematuro). La mayoría tienen lugar en los tres primeros meses, y es más frecuente de lo que muchos imaginan. De hecho, se estima que uno de cada cinco embarazos termina así.
Saber por qué se ha producido puede ser difícil. Si uno teclea en Google “aborto espontáneo”, la primera propuesta de preguntas relacionadas que propone el buscador es “¿Qué hacer para prevenir el aborto espontaneo?” Lo cierto que es que poco se puede hacer, porque casi nunca es consecuencia de algo que haya hecho la embarazada. En la mayoría de los casos, las causas son cosas que no se pueden evitar ni provocar: anomalías en el útero, ciertas enfermedades, como la diabetes grave, que pueden aumentar el riesgo de sufrirlos, infecciones serias, lesiones importantes (más allá de simples caídas) o una baja calidad de los óvulos y los espermatozoides.
Además, sigue habiendo abortos cuyas causas siguen siendo un misterio. Con las técnicas diagnósticas habituales no pueden ser explicados. Para aportar luz sobre esos casos se ha puesto en marcha un proyecto de investigación liderado por la Universidad de Granada, la Clínica MARGen de Granada y la empresa de biotecnología Bioavan i+D+i de Sevilla.
En concreto estudiarán el papel de las llamadas células asesinas en este proceso. Son un tipo de glóbulos blancos que normalmente combaten tumores y facilitan la anidación del embrión en el útero, participando en la reestructuración de los tejidos uterinos. Sin embargo, “hay situaciones en las que estas células dejan de preparar el terreno para la anidación del embrión y, en lugar de ayudarle, lo atacan hasta evitar su implantación o provocar un aborto involuntario”, explica Jan Tesarik, director del proyecto. La clave podría estar en unas moléculas reguladoras llamadas citocinas. Bajo el efecto de ciertos tipos de citosinas, las células cambian de diana y actúan como asesinas de embriones.
“Nuestro proyecto”, explica el responsable de MARGen, “tiene como objetivo desarrollar métodos para identificar la expresión de las citocinas responsables de esta transformación". En su opinión, las células asesinas pueden ser responsables de la mayoría de fracasos de implantación embrionaria en programas de donación de óvulos, cuando no se detectan anomalías ni en los espermatozoides del hombre ni en la morfología de la cavidad uterina. En caso de confirmar esta hipótesis, la puesta a punto de métodos terapéuticos adecuados para las pacientes afectadas sería el siguiente paso.