Objetivo: 4 mujeres más en esta foto
Una petición popular busca que los puestos del Tribunal Constitucional que toca renovar sean ocupados por féminas
La cuenta de Twitter del magistrado del Tribunal Supremo Antonio Salas echa humo desde que el pasado 1 de enero publicara una serie de mensajes en los que cuestionaba que el machismo esté detrás de la violencia de género, que según él está provocada por la “maldad” y la diferencia de fuerza entre hombres y mujeres, es decir, que si las mujeres fueran más fuertes, se ejercería al revés. El magistrado opina también que como no es una cuestión de educación el problema no tiene solución, porque “la maldad del ser humano no tiene solución”.
Ciudadanos, políticos, asociaciones de mujeres y juristas han calificado las declaraciones del juez de ignorantes, pero también de peligrosas, porque aunque que reflejen una opinión personal, también contradicen la legislación sobre violencia de género, que reconoce que la existencia de una estructura social que ha favorecido la discriminación y violencia contra las mujeres. Por parte de la Asociación de Mujeres Juristas Themis ha hablado Ángeles Jaime, que opina que las manifestaciones del magistrado son “fruto del desconocimiento alarmante” de lo que es la violencia de género. "Hay en la justicia ciertos sectores que siguen anclados y se niegan a ver una evidencia”, ha denunciado Lucía Aparicio, de la Asociación de Mujeres Juezas. “Muchas de las mujeres que se han enfrentado a un procedimiento judicial por violencia de género cuentan que no se sintieron creídas y comprendidas por la justicia. La mayor parte de las denuncias se archivan y la concesión de órdenes de protección ha disminuido drásticamente desde la aprobación de la Ley porque son muchos los juzgados en los que se archivan la mayoría de las denuncias. ¿Pueden las mujeres confiar en la justicia en estas condiciones?”, se pregunta Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres. “Hace mucha falta un cambio estructural en la justicia o las mujeres no tendremos en la justicia la protección suficiente”.
En este sentido, la Asociación de Juezas ha puesto en marcha una campaña para solicitar que los cuatro puestos del Tribunal Constitucional que toca renovar sean ocupados por mujeres. La semana que viene (en concreto el viernes) se acaba el plazo para que las Comunidades Autónomas propongan sus candidaturas.
Según datos proporcionados por la asociación referentes a 2015, solo el 17% de los miembros de los tribunales internacionales y el 25% de los tribunales regionales de derechos humanos eran magistradas. En España las cosas están incluso peor. Nunca ha habido una presidenta del Tribunal Supremo y solo el 13% de las plazas del alto tribunal están ocupadas por mujeres. Solo una de 17 presidencias de tribunales superiores de justicia es de una mujer y solo 8 de las 50 presidencias de las Audiencias Provinciales de nuestro país son dirigidas por una magistrada.
“Nuestro Tribunal Constitucional, paradójicamente, arroja unas cifras todavía más alejadas del equilibrio que debiera imperar en un órgano que representa la esencia de los cuatro valores constitucionales superiores, entre los que se incluye la igualdad”, indican desde la asociación. Desde 1980, 60 personas han ocupado la alta magistratura y solo 5 han sido mujeres (el 8%). Dos de ellas (Gloria Begué y Adela Asúa) han sido vicepresidentas y una, María Emilia Casas, presidenta. En 2010 las comunidades autónomas propusieron 22 nombres al Senado para ocupar los 4 puestos que tiene capacidad de designar (los que se renuevan ahora). Entre ellos había cuatro de mujer. Se eligió a una. Las mujeres representan el 36% del cuerpo técnico de letrados del Constitucional. Ninguna ha ocupado nunca la secretaría general de la institución ni ha sido jefa de servicio.
“El Tribunal Constitucional, debe ser un referente ejemplar de la pluralidad social, y especialmente en la aplicación real (no formal) del principio de igualdad, tanto en sus resoluciones, como en su composición paritaria de mujeres y hombres. La próxima renovación de las 4 plazas de este Tribunal Constitucional debe ser cubierta por mujeres”, concluye la asociación.