El peligro del ‘burnout’: el estrés y las largas jornadas de trabajo afectan cada vez más a la salud mental de las mujeres
Un porcentaje sorprendente de ellas sigue trabajando a pesar de sentir dolor o malestar, según un informe de Deloitte
La última edición del informe Women @ Work de Deloitte muestra un estancamiento en el progreso de las mujeres tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. La mitad de las mujeres que han participado en la encuesta de este año (un total de 5.000 en una decena de países) describen sus niveles de estrés como más altos que los de hace un año y en un porcentaje similar dicen estar preocupadas o muy preocupadas por su salud mental. De hecho, la salud mental es ya una de las tres principales preocupaciones de las mujeres a nivel mundial (48%), casi al nivel de su seguridad financiera (51%) y sus derechos (50%).
Dos tercios de ellas reconocen, además, no sentirse cómodas hablando de estos temas en sus empresas o desvelando que esa es la causa de una baja o de un permiso laboral. “La cultura del lugar de trabajo puede contribuir a esa reluctancia, pero no es la única explicación: a muchas mujeres les preocupa la discriminación o el despido y una de cada diez ha tenido experiencias negativas al hablar de su salud mental en el trabajo en el pasado”, se señala en el informe, cuyos resultados muestran, además, una relación entre las horas trabajadas y la salud mental, y es que las que de forma regular hacen horas extra son las que dicen tener más problemas de este tipo. Solo el 37% de las profesionales dicen sentirse capaces de desconectar del trabajo.
La obligatoriedad de volver a la oficina que están imponiendo muchas empresas tampoco está precisamente ayudando. Según el análisis de Deloitte, el fin progresivo del teletrabajo y de los modelos híbridos está teniendo efectos adversos sobre la salud y la productividad de las trabajadoras.
La carga laboral no es la única causa que contribuye al estrés de las mujeres. Su desproporcionada participación en las responsabilidades domésticas y los cuidados, sea de los hijos o de otros adultos, también les está pasando factura, tanto a nivel de salud como en lo que respecta al progreso de sus carreras.
Una cuarta parte de las mujeres declaran experimentar problemas de salud relacionados con la menstruación, la menopausia o la fertilidad, y la mayoría continúan trabajando a pesar de sufrir dolores o malestar.
El estudio también destaca que cada vez son menos las profesionales que se sienten apoyadas por sus empleadores a la hora de equilibrar las responsabilidades laborales con sus compromisos fuera del trabajo, además de dejar algunas estadísticas preocupantes sobre la seguridad y los comportamientos no inclusivos en los entornos corporativos. Por ejemplo, el 31% de las encuestadas ha experimentado microagresiones, el 4% ha sufrido acoso sexual y el 8% ha experimentado otros tipos de acoso en el trabajo en los últimos doce meses. Además, una cuarta parte de las mujeres dicen haber sido objeto de actos o comentarios inapropiados por parte de personas con puestos de responsabilidad en sus organizaciones. Como suele suceder, los grupos subrepresentados (minorías étnicas, colectivo LGTBIQ+, personas con discapacidad, etcétera) son los que tienen más probabilidades de sufrir microagresiones o comportamientos no inclusivos.