La mujer que pasó de escribir en cafeterías a ser la escritora más rica de la historia
Han pasado veinte años desde que JK Rowling publicara el primer libro de Harry Potter
Es probable que el nombre de Joanne Rowling no le diga nada a mucha gente. Pero ¿quién no conoce a JK Rowling? Hoy se cumplen dos décadas desde la publicación de Harry Potter y la piedra filosofal, el primer libro de la saga que la hizo mundialmente famosa. La historia del niño mago que con la ayuda de sus amigos se enfrenta al Mal, así con mayúsculas, y vence, también hizo de ella una mujer inmensamente rica. Y eso que nadie daba, literalmente, un duro por ella.
En numerosas ocasiones Rowling ha contado que la idea de escribir una novela sobre una escuela de magos se le ocurrió durante un viaje Manchester -Londres en tren. Al llegar a Londres ya tenía bastante claros la trama y los personajes. Pero tardó cinco años en completar el manuscrito de Harry Potter y la piedra filosofal. No fueron tiempos fáciles. Salía de un divorcio complicado, estaba criando sola a su primera hija y a menudo no tenía trabajo. Vivía básicamente de las ayudas sociales y escribía. Lo hacía sobre todo en cafeterías de Edimburgo, aprovechando los ratos en los que su hija, por entonces un bebé, se quedaba dormida.
Una vez acabado, el manuscrito fue enviado a doce editores. Todos lo rechazaron. Finalmente fue Bloomsbury, una pequeña empresa de Londres, la que aceptó publicar el libro. Su editor le recomendó, eso sí, que se buscara un trabajo, porque lo de vivir de la literatura infantil parecía complicado. También le pidieron que utilizara sus iniciales en lugar de su nombre de pila. Temían que los niños no quisieran comprar un libro de aventuras escrito por una mujer. Como no tiene segundo nombre, Rowling decidió añadir una K en honor de su abuela paterna, Kathleen.
El libro se lanzó el 26 de junio de 1997 con apenas mil copias. La mitad, destinadas a bibliotecas. Su éxito fue inmediato y al año siguiente Warner Bros compró los derechos para hacer las películas. La primera se estrenó a finales de 2001.
El resto es historia. Los libros han vendido más de 450 millones de ejemplares y han recaudado 7.700 millones de dólares. Según Forbes, Rowling es la primera persona que ha ganado más de 1.000 millones de dólares gracias a la literatura. La marca Harry Potter (incluidos libros, películas, merchandising, etcétera) está valorada en unos 15.000 millones de dólares.
Pero Harry Potter no es solo un negocio rentabilísimo. Su mayor mérito ha sido conseguir enganchar a millones de niños (y no tan niños) a la lectura. Una generación se ha criado en ese mundo de fantasía ideado por Rowling que, además, enseña lecciones de vida tan importantes como el valor de la amistad, del trabajo en equipo y la familia, sea en la que uno nace o la que se construye. Las historias de Harry Potter hablan también sobre la pérdida, el sacrificio y la importancia de luchar por aquello en lo que se cree. Enseñan que el destino no es algo escrito en piedra, que todos podemos elegir. Y que las chicas inteligentes –según la propia Rowling, el personaje de Hermione está vagamente inspirado en ella misma—también molan.