Mónica Grande es una artista polifacética que ha experimentado con el diseño, la arquitectura de interiores y hasta la creatividad publicitaria (colaborando con agencias como Arnold Madrid, Ogilvy, Burson-Marsteller o D&F, además de hacerlo para clientes directos).  Ahora se atreve con la fotografía digital. Con un iPhone en la mano, ha fotografiado aquellos útiles de trabajo que forman su paisaje habitual y los ha revestido de texturas artísticas. El resultado es La semilla de la felicidad es el instante, una muestra que puede verse desde este viernes en el Real Jardín Botánico de Madrid.

Esta singular exposición, que forma parte de la muestra Fotografía Pictórica, no es una exhibición fotográfica al uso. Y nada tiene que ver con las que periódicamente pueden verse en los medios de transporte para promocionar fotografías realizadas con un teléfono de Apple. En este caso, se trata de un ejercicio de experimentación, en el que los pinceles han sido sustituidos por la cámara del iPhone, pero las imágenes se han revelado en papel algodón, por lo que las fotos adquieren textura y calidad pictórica. Pinceles, poleas, lonas…, envejecidos por el uso, constituyen la galería de imágenes.

El título de la misma, La semilla de la felicidad es el instante, hace referencia a un proverbio chino, según explica la propia artista en la presentación de su muestra, de manera que: “Si el bonsái es la expresión mínima del árbol, el instante es la expresión mínima del tiempo, es decir, lo más próximo a la eternidad, que no es sino la ausencia de tiempo”. El Invernadero de los Bonsáis es el espacio que acoge esta exhibición.