Las mujeres debemos facturar con inteligencia, también artificial

Àurea Rodríguez

Àurea Rodríguez

Los domingos me levanto muy temprano para tener un rato para ponerme al día leyendo la prensa económica y las redes, mientras disfruto de un buen café, antes de que mis hijos se levanten. Además de sobre las campañas preelectorales infinitas, los titulares económicos hablan cada vez más sobre cuestiones tecnológicas. Las criptomonedas, las inteligencias artificiales, las renovables o los chips son temas de cabecera de las páginas salmón. Hoy he revisado algunas y no me he encontrado ninguna sorpresa: por desgracia prácticamente no había mujeres, como si en el mundo no hubiera catedráticas de economía, tecnólogas, periodistas tecnológicas, empresarias o directivas.

También en las redes sociales, los blogs, las tertulias con influencers o los podcasts de referencia, las mujeres siguen brillando, pero por su ausencia. Sean en las páginas salmón o a través de streaming, lo que vemos casi siempre son hombres, vestidos con corbata o sudadera, hablando de economía o tecnología.

Recordemos que solo las cinco principales empresas tecnológicas del mundo juntas tienen un valor aproximado al PIB europeo. La reputación se construye hoy en día en redes sociales y en plataformas online que toman decisiones de manera autónoma en base a algoritmos y datos. Si no eres visible, no existes. Si no existes, no produces datos, y de eso viven las plataformas. De momento las mujeres están infrarrepresentadas en la tecnoeconomía porque parece que no existen, y parece que no existen porque no aparecen. Estas son las reglas de las fórmulas algorítmicas actuales en las que se basan las inteligencias artificiales. Este es el círculo vicioso que hay que romper.

Pero ¿qué pasaría si también aprovecháramos las nuevas potencialidades de la inteligencia artificial? La publicación de IAs generativas como ChatGPT ha evidenciado la potencialidad de esta tecnología. Nos ha hecho darnos cuenta de que estamos viendo solo la punta del iceberg y de que o nos formamos o el mundo se dividirá entre los que entienden y controlan las IAs y los que no.  La inteligencia artificial, combinada con la potencia y la velocidad que proporcionarán la cuántica y la ciberseguridad, podría transformar completamente el mundo para bien si quisiéramos. Ahora bien, si se utiliza para mal, puede tener consecuencias nefastas.

El control de los datos permite optimizar todo tipo de procesos y tomar decisiones con más conocimiento de causa. Para eso la IA se utiliza hoy en día en sectores como seguros, finanzas, producción, transporte o salud, incluyendo la mejora de diagnósticos. Pero ¿qué pasa si estos dados son incompletos o están sesgados? ¿Qué pasa si los algoritmos no tienen en cuenta la diversidad o se utilizan con un mal fin? China ya dispone de un sistema de crédito que mide la confiabilidad de las empresas y los ciudadanos en base a su comportamiento. ChatGPT y otras IAs generativas de texto permiten realizar trabajos creíbles, pero ni manejan toda la información ni lo que generan tiene por qué ser veraz. El riesgo de la desinformación está, por tanto, ahí.

La premio Nobel de la Paz Maria Ressa, que ha vivido en primera persona el poder de las tecnológicas, considera que, en la actualidad, el grado de difusión de noticias falsas que se ha alcanzado gracias a las redes sociales pone en peligro la democracia en el mundo.  La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dimitió recientemente después de haber recibido una presión sin precedentes, incluidas amenazas de muerte. Es fácil de entender porque Putin o Xi Jinping mantienen un férreo control sobre las redes en sus países.

Nuestra reputación como ciudadanos ya ha empezado a determinar nuestros datos y en el futuro, estos determinarán si nos imponen una multa, nos dan un trabajo o nos conceden un crédito. Esta nueva sociedad basada en la tecnología debería perseguir el bienestar de las personas. Ojalá aprendamos a diseñar nuevos algoritmos con este objetivo que respeten la diversidad y repercutan para bien en la sociedad. Para ello también será necesario un feminismo tecnológico. Parafraseando a Shakira, las mujeres debemos facturar con ChatGPT.

PD: En la era del humanismo tecnológico, tened cuidado con los tóxicos, trepas, troyanos y trolls y procurad rodearos de #Sinergentes que suman aptitudes, conocimiento, equipo y valores.

 

Àurea Rodríguez es experta en innovación y tecnología y autora del libro 'Antes muerta que analógica'.

Tu privacidad es importante para nosotros

Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar nuestros servicios con fines analíticos, para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación y para incorporar funcionalidades de redes sociales. Podrás cambiar de opinión y modificar tus opciones de consentimiento en cualquier momento al volver a esta web y accediendo a la página Política de Cookies.

Panel de gestión de cookies

✓ Permitir todas las cookies
✗ Denegar todas las cookies
Estas cookies son necesarias para que el sitio web funcione y no se pueden desactivar en nuestros sistemas. Usualmente están configuradas para responder a acciones hechas por usted para recibir servicios, tales como ajustar sus preferencias de privacidad, iniciar sesión en el sitio, o llenar formularios. Usted puede configurar su navegador para bloquear o alertar la presencia de estas cookies, pero algunas partes del sitio web no funcionarán. Estas cookies no guardan ninguna información personal identificable.

Cookies técnicas

✓ Permitir
✗ Denegar
Las cookies estadísticas nos permiten contar las visitas y fuentes de circulación para poder medir y mejorar el desempeño de nuestro sitio. Nos ayudan a saber qué páginas son las más o menos populares, y ver cuántas personas visitan el sitio.

Google Analytics

Ver sitio oficial
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Estas cookies pueden ser añadidas a nuestro sitio por nuestros socios de publicidad/medios sociales. No almacenan directamente información personal, sino que se basan en la identificación única de tu navegador y dispositivo de Internet para ofrecerle compartir contenido en los medios sociales o para mostrarte contenido o anuncios relevantes en nuestro sitio web u otras plataformas.
✓ Permitir
✗ Denegar
✓ Permitir
✗ Denegar
Subir al principio de la página