Estamos acostumbrados a las empalagosas peticiones de mano de las películas de Hollywood, pero en lo que respecta a propuestas de matrimonio originales, los rusos se llevan la palma. Decir que son inusuales es quedarse corto. Olvida las flores o una cena en un restaurante a la luz de las velas, desde hace unos año lo que allí está de moda es pedir matrimonio a punta de pistola. Así como suena.

Las pedidas de matrimonio extremas se han hecho tan populares que están surgiendo muchas empresas dedicadas a organizarlas. Spetsnaz Show es una de las más grandes del país. La broma puede costar desde unos 700 rublos (unos 10 euros) en el caso de los shows más básicos, hasta 60.000 rublos (unos 850 euros) para un espectáculo completo al más puro estilo película de Stallone. Los actores son en su mayoría expolicías y exmilitares, lo que le da más autenticidad al asunto.

Una de las opciones más demandadas es la falsa redada antidroga. La escena suele desarrollarse así: un grupo de policías cubiertos por pasamontañas y armados hasta los dientes para en la carretera a la afortunada pareja para registrar su coche. Durante la búsqueda encuentran, normalmente en el bolso de ella, drogas, un arma o cualquier cosa otra cosa ilegal que obviamente le han colocado los supuestos policías. Pero, para horror de la futura prometida, su pareja admite que es de ellos y entonces empieza el show. La pareja es esposada, cacheada, obligada a tirarse al suelo con la cabeza en el suelo o empujada contra el capó del coche. Justo entonces el hombre se arrodilla y le hace la pregunta a ella. En el mejor de los casos la mujer llora de alegría y dice que sí después de haber propinado algún que otro empujón a su futuro marido.