‘Troll Corporation’: el cómic que demuestra que la realidad a veces supera la ficción
“Cuando lo propusimos el planteamiento era un chiste. Ahora parece una serie documental”, explican sus autoras
Muchos nos criamos pensando que los trolls eran criaturas mágicas que habitaban en los cuentos de hadas, pero ahora sabemos que en realidad viven en internet y pueden resultar incluso más molestos que los de los las fábulas. Son esas personas que, refugiados en el anonimato que les proporciona el mundo online, te acosan, critican tus publicaciones, desprecian tus comentarios y se ríen de ti. Pero, ¿qué pasaría si en realidad detrás de estas cuentas no hubiese espontáneos, sino movimientos organizados con un objetivo concreto? Ahora sabemos que pasa, pero cuando hace tres años las hermanas Carmen y Laura Pacheco lo plantearon parecía una locura.
Carmen es publicitaria y escritora de literatura infantil, mientras que Laura es la dibujante e ilustradora. Juntas crearon la serie Divas de Diván para Smoda, Carmen y las cosas en Letspacheco.com y el libro Let's Pacheco! Una semana en familia (¡Caramba!, 2011). Ahora acaban de publicar Troll Corporation (Astiberri), que reúne las historias que durante dos años publicaron en Orgullo y Satisfacción.
La revista les propuso colaborar en 2015 con una tira mensual. Solo les pidieron que versara sobre un tema de actualidad. “Se me ocurrió hacer algo sobre la vida diaria de un ‘troll’ de internet”, explica Laura. “A mi hermana le encantó y empezó a darle vueltas para desarrollar la historia y los personajes”. Así surgió la historia de la empresa de ‘trolls’ profesionales. “Al principio no pretendía ser una crítica sobre las granjas de ‘trolls’, sino una cosa delirante”, asegura. “Era una idea conspiranoica que sonaba muy graciosa”. Que de verdad hubiera gente dedicándose profesionalmente a eso ni se les pasaba por la cabeza. “Cuando nosotras lo propusimos el planteamiento era un chiste en sí mismo. Un lector nos ha dicho que ahora más bien parece una serie documental”, asegura Carmen.
Entre los clientes de Troll Corporation hay empresas de productos dietéticos, de antidepresivos o productoras de cine. Sus empleados son gente normal que hace jornadas maratonianas por muy poco dinero. “Trabajan ahí porque no tienen más remedio”, cuenta Laura. “No se plantean si lo que están haciendo es inmoral”, añade Carmen. “Llegan y hacen su trabajo”. Un trabajo que, en su caso, consiste en criticar, desprestigiar y acosar, pero un trabajo a fin de cuentas. “Hacerlo desde la dinámica de oficina nos daba la oportunidad de enseñar esas ‘maldades del capitalismo’”, explica Carmen Pacheco. Su hermana apunta que es “una crítica a las corporaciones que están haciendo el mal en las que la responsabilidad no recae en una persona en concreto”. “Son empresas donde la responsabilidad se difumina”, añade Carmen.
La intención de las Pacheco era, además, retratar el uso abusivo de las redes sociales, entre ellas, Twitter, la más popular entre los trolls y para Carmen, la mejor y más interesante de todas. ““Puedes leer a presidentes o a personas anónimas dirigiéndose a ellos, se producen intercambios muy locos. No es la más tóxica como algunos dicen. Tóxica es la gente”. Y aunque considera que da lugar a mucho acoso también es donde se produce un intercambio más grande.
