Frente a los que piensan que los adultos participan cada vez más en el ocio de sus hijos, Del Ama defiende justo la opinión contraria: “El mundo en el que vivimos hoy no es el que era. Madre y padre trabajan largas horas fuera de casa y se ven obligados a pedir ayuda más a menudo de lo que quisieran a los ya muy cansados abuelos. Los padres llegan todos los días agotados a casa y a duras penas tienen tiempo y fuerzas para proveer a sus niños de lo imprescindible: cena- baño- cuento- dormir - caer rendido”. En su opinión, internet tampoco ayuda en este sentido. “Vivimos en un mundo en el que las nuevas tecnologías son la única adicción y su uso no tiene límite de edad.  En lugar de desarrollar durante la infancia herramientas de gestión de conflictos acudiendo a personas de su entorno, los niños pueden acudir, como a un mal parche, a Instagram, Snapchat, Facebook, YouTube o Twitter, sacarse una foto que muestre una realidad ficticia y recibir 50 likes digitales que les hagan sentirse mejor consigo mismos a base de duchas calientes de narcisismo.  Al llegar a la edad adulta no han desarrollado esas dinámicas de gestión de conflictos y puede llegar un momento en el que nos encontremos con toda una generación que, ante un problema,  no sepa cómo lidiar con él si no es sacándole una foto”.

Hace unas semanas lanzaron a través de Verkami una campaña de crowdfunding (a la que le quedan solo unos días) para lograr los fondos necesarios  para convertir el manual de juegos en una app. ¿No parece un contrasentido convertir en app una iniciativa que reivindica la importancia del juego en el mundo real?  Desde Hazte Pequeño aseguran que no es así, porque lo que pretenden es usar las nuevas tecnologías no como fin, sino como un medio de hacer llegar la información a los padres. “La realidad es la que es y nosotros lo entendemos”, aclara Del Amo. “No podemos pescar peces donde no están. Tenemos que ir a donde se aglutinan y, desde ahí, llevarles de nuevo a otro terreno: el del suelo, el barro, las peleas de almohadas y las carreras”. El proceso sería: Coger Tablet + Buscar Juego + Seleccionar juego + Leer y aprender Juego + Dejar Tablet + Tirarte al suelo y jugar. Tampoco se trata, dice, de demonizar la tecnología: “Todo en su justa medida aporta; en exceso mina y destruye”. 

Hazte Pequeño ofrece también kits de juguetes y disfraces para facilitar que adultos y niños jueguen juntos. Evitando, además, los estereotipos de género, que en el mundo de los disfraces están especialmente arraigados. De hecho, explica la impulsora de la idea, eso complicó mucho, pero mucho, el proceso de creación de los disfraces. “Queríamos partir de productos que ya existieran en el mercado y simplemente construir combinaciones de que desde un primer momento invitaran al juego, la involucración, la imaginación y la creatividad en equipos 50/50 adulto-niño.  Lo que nos encontramos fue realmente terrorífico. El de los disfraces es un mundo completamente sesgado”. Los niños son reyes, las niñas princesas. Los niños son cirujanos, las niñas enfermeras. Y si hay versión femenina, asegura Del Amo, la cosa puede ser incluso peor. “El disfraz de superhéroe mujer parece sacado del Playboy...y así con todos: policía, bombero, piloto, etcétera.  La mujer es presentada como un mero objeto sexual y parece que para las niñas, ser hada es lo mejor que les depara el futuro”. 

Ante semejante panorama al final optaron por diseñar ellos mismos juguetes y disfraces unisex. Los hay de dinosaurios, osos panda, músicos, magos, piratas, astronautas, etcétera. “Estamos deseando conseguir algo más de fondos para no tener que tirar de fotos de archivo, poder hacer nuestra propia sesión y que las protagonistas seamos por una vez nosotras, y no siempre, en todos los casos y sin excepción, al revés”.