Cosas que (probablemente) creías saber sobre las vacunas y que son mentira
Algunos errores están extendidísimos
Si crees que hay vacunas obligatorias por ley estás equivocado, pero no eres el único: lo piensa el 81% de los españoles, según un estudio llevado a cabo por la firma de puericultura Suavinex. Pese a que muchas de nuestras creencias sobre las vacunas y su calendario están equivocadas, decimos conocer bien el tema. El 82% dice saber bastante y algo más de la mitad califica sus conocimientos con una nota superior al 8. Solo el 17% se suspende.
Como decíamos, uno de los errores más extendidos es el de que hay vacunas obligatorias y voluntarias. No es cierto, lo que sí hay es vacunas financiadas y no financiadas. Eso supone un problema para muchas familias, porque algunas suponen un gasto nada desdeñable. Por ejemplo, el precio de cada dosis de la vacuna que protege del meningococo b (Bexsero) es de 106 euros, y son necesarias entre dos y cuatro dosis según la edad del niño. En el caso del rotavirus, depende de la marca. El precio de la dosis es de 93 euros para el Rotarix (la vacunación completa sale por unos 187 euros) y de 69 euros para el RotaTeq (vacunación completa 208 euros).
El 14,2% de los encuestados dice que el precio es un condicionante importante a la hora de escoger las vacunas que pone a sus hijos y una de cada diez familias reconoce haber prescindido de alguna por este motivo.
Otro error frecuente es creer que el calendario de vacunación es siempre el mismo. Tampoco es cierto; lo establece la Asociación Española de Pediatría, cambia cada año y en función de la comunidad autónoma. Solo el 37% de los padres y madres son conscientes. Además, solo una tercera parte sabe a qué edad se debe poner la última vacuna recomendada por el calendario.
El 46,6% no está al corriente de que existen alérgenos que pueden contraindicar la aplicación de determinadas vacunas y el 16,3% no sabe que tienen efectos secundarios. Un 11,4% no tiene idea de qué son los refuerzos y el 16,7% no sabe cuándo se ponen.
Y eso que parece que recurrimos a los que más saben, los profesionales de la salud, para informarnos. Los encuestados confían en los pediatras y los servicios de enfermería como principales fuentes de información. Un 3% lo hace a través de internet.