Ascenso y caída de Marissa Mayer

La CEO de Yahoo ha pasado de ser considerada una de las directivas estrella de Silicon Valley a responsable del fracaso de la empresa

Marissa Mayer, en un evento/Don Feria/Getty Images for Fortune

¿Podrá Marissa Mayer salvar Yahoo? se preguntaban los medios cuando en el verano de 2012 fue nombrada CEO de la compañía. Cuatro años después, Yahoo ha sido adquirida por Verizon, que pagará por ella 4,8 millones de dólares, una cifra irrisoria comparada con los 125.000 millones en los que en su día llegó a estar valorada. En 2008, Microsoft hizo por Yahoo una oferta de 44.600 millones de dólares. Los analistas opinaban que la cifra estaba inflada y superaba en mucho el valor que la empresa, ya en declive, tenía por entonces. No la aceptaron.

Yahoo prefirió seguir intentándolo por su cuenta, aunque sin demasiado éxito. En los últimos quince años, la empresa ha tenido ocho consejeros delegados. La última ha sido Marissa Mayer. Sus cuatro años al frente de Yahoo han sido intensos: lanzamientos de nuevos productos y servicios, un montón de adquisiciones, algunas muy sonadas, y una severa política de recorte de gastos, incluidos centenares de despidos. Nada ha conseguido evitar la lenta agonía en la que se han convertido estos últimos para Yahoo. Ha seguido perdiendo cuota de mercado y de la tarta publicitaria  frente a Google o Facebook. Algunas de sus compras han acabado en fiasco, especialmente la de Tumblr, que adquirió en 2013 por nada menos que 1.100 millones. Ahora vale un 60% menos. Junto a los errores estratégicos y de gestión, los analistas señalan un pecado incluso más grave, una cierta indecisión acerca de lo que Yahoo quería ser: una empresa tecnológica o una empresa de medios.

¿Por qué no ha podido Mayer salvar a Yahoo? es la pregunta que se hacen ahora los medios. Seguramente sea injusto señalar a Marisa Mayer como responsable única (y acaso principal) de la situación actual de la empresa. Sus antecesores en el cargo cometieron errores tan o más importantes. Entre otros, dejar pasar la posibilidad de hacerse con Facebook o hundir Flickr, otra de las compras millonarias de Yahoo. Pero las expectativas con Mayer eran mayores. Se esperaba de ella que consiguiera darle la vuelta a la situación, que devolviera el brillo a una de las pioneras de internet. Y pocas directivas brillaban tanto en Silicon Valley en ese momento.

Mayer, durante su etapa en Google/Magnus Höij-Flickr
Mayer, durante su etapa en Google/Magnus Höij-Flickr

Marissa Mayer (Wisconsin, 1975) creció en el seno de una familia de clase media. Su madre era profesora de arte y su padre, ingeniero medioambiental. Según sus profesores y compañeros de clase era seria, trabajadora, buena estudiante y muy reservada. Ella misma se ha descrito como una adolescente “dolorosamente tímida”. De niña dio clases de piano y de ballet, practicó varios deportes y en el instituto fue presidenta del club de español y del club de debate. Nunca fue animadora, como reiteradamente se ha publicado. Al acabar el instituto solicitó plaza, y fue aceptada, por una decena de universidades, entre ellas Harvard, Yale y Duke. Finalmente se decidió por Stanford. Su plan era convertirse en neurocirujana, pero en su primer año se dio cuenta de que la medicina no era lo suyo y se pasó a la ingeniería.

En 1999, recién salida de la universidad, se convirtió en una de las primeras empleadas de una nueva startup llamada Google. Diseñó la homepage del buscador, y en los siguientes años supervisó, como responsable de producto, el desarrollo y el lanzamiento de Gmail, GoogleMaps, Chrome o Google News. También se convirtió en portavoz habitual de Google y una de sus caras más conocidas.

Lo tenía todo para fascinar a la prensa: una mujer en un mundo de hombres, joven, brillante, millonaria, extremadamente fotogénica y con gusto por la moda. Su físico y su afición por diseñadores Oscar de la Renta o Manolo Blahnik han sido ampliamente comentados. Su boda con el banquero Zack Bogue fue cubierta por Vogue, revista para la que, por cierto, ella también ha posado.

Al tiempo que su estrella en el panorama mediático ascendía, iba perdiendo posiciones en Google. En 2010, la pusieron al frente de Google Maps y los productos locales, lo que fue interpretado como  un paso atrás en su carrera. Unos meses después Eric Schmidt fue nombrado CEO de la empresa y Mayer se quedó fuera de su consejo ejecutivo.

Su publicitado fichaje por Yahoo, un año después, la devolvió a los titulares. Ocupó más cuando se supo que estaba embarazada. Las alabanzas por el hecho de que Yahoo contratara a como CEO una mujer embarazada se convirtieron rápidamente en críticas cuando Mayer anunció su intención de incorporarse al trabajo dos semanas después de dar a luz. Como casi todo lo que tiene que ver con la maternidad, el asuntó generó un encendido debate en la red. A un lado, los que defendían que Mayer podía hacer lo que le viniera en gana. Al otro, los que decían que una mujer en su posición debía dar ejemplo y disfrutar de la baja maternal completa. Mayer terminó de cabrear a los padres trabajadores de medio mundo al poner fin al teletrabajo y la política de flexibilidad que hasta entonces existía en Yahoo y obligar a los empleados a cumplir en su mesa su jornada laboral.  

En una entrevista con el ‘Financial Times’, Mayer ha hecho frente a las críticas a su gestión  arremetiendo contra la prensa y su forma de tratar a las mujeres. “He intentado no tener en cuenta el género y creer que la tecnología es una zona neutra, pero sí creo que se hace una cobertura informativa cargada de género”, asegura. “Vemos cosas que solo afectan a las mujeres líderes, como los artículos centrados en su aspecto, como que Hillary Clinton luce un nuevo traje pantalón. Creo que todas las mujeres son conscientes de ello, pero tenía la esperanza de ver en 2015 y 2016 menos artículos por el estilo. Es una pena”.

Futuro

Una vez cerrada la venta de la empresa, o más concretamente de su negocio de internet (en el acuerdo no entran otros activos como su participación en el gigante chino del comercio Alibaba), la gran incógnita es el futuro de Marissa Mayer. En el comunicado que ha dirigido a los empleados asegura que su plan es seguir en Yahoo. La mayoría de los medios auguran que si bien pilotará la operación de venta y la transición, no formará después parte del staff directivo de Verizon.  En cualquier caso, no se iría con los bolsillos vacíos. Se dice que en caso de despido podría cobrar una indemnización de hasta 37 millones de dólares.

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