“Ha habido mujeres que lo único que escribieron en su vida fueron recetas”
Carmen Alcaraz y Ana Vega se han propuesto rescatar recetarios familiares de toda España
Dos de las periodistas gastronómicas más conocidas de nuestro país, Carmen Alcaraz del Blanco (@bonavivant) y Ana Vega (@biscayenne), se lanzarán durante las próximos meses a la carretera dispuestas a recorrer los pueblos y ciudades de España a la caza de recetarios familiares, esos tesoros conservados en trozos de papel o cuadernos, a menudo olvidados en un cajón, que son la base y la memoria de nuestra cocina. Desde este verano irán poco a poco viajando por distintas localidades, sobre todo pueblos y ciudades pequeñas, para documentar y digitalizar las recetas de nuestras madres y abuelas con el objetivo de compartirlas después en la web Los Recetarios.
Las dos se dedican al periodismo gastronómico desde hace años. Ana Vega es la autora del libro Comida viejuna, colaboró en el pasado con El Comidista y ahora lo hace con distintas cabeceras de Vocento. Carmen Alcaraz del Blanco ha escrito para diferentes medios, entre ellos, El País Semanal, La Vanguardia y, hasta hace un par de meses, El Mundo. En la actualidad trabaja en un ensayo sobre mujeres y gastronomía. “Hablará sobre lo que ha supuesto la cocina para nosotras y cómo hemos alimentado al mundo. Para la mujer la cocina ha sido prácticamente un lugar de castigo y a la vez también de creación”, explica. Esta no es su primera colaboración. Juntas lanzaron, con motivo del 8M de 2017, #Gastrónomas, una iniciativa que sigue activa reivindicando a mujeres, tanto actuales como del pasado, vinculadas a la alimentación y la restauración. “En la gastronomía está todo por hacer. Es un sector que no ha mirado jamás hacia la teoría de género. Ahora parece que por fin algo se está moviendo en la cocina española y tenemos que ir un paso más allá”, dice Alcaraz del Blanco.
Con Los Recetarios pretenden profundizar en la evolución de la gastronomía popular a través del tiempo y las distintas regiones de nuestro país, identificando ingredientes, técnicas y costumbres. Pero también en otros aspectos de la vida. “Estamos seguras de que un corpus de recetas así nos dará mucha información sobre sus autoras”. En femenino, porque aunque no tendrán en cuenta el género a la hora de recoger el material, están convencidas de que la mayoría de las autoras serán mujeres. “Ha habido mujeres que lo único que escribieron en su vida fueron recetas. Vamos a entender mucho mejor un perfil del que hasta ahora hemos pasado bastante: las amas de casa. Las amas de casa son profesionales de la alimentación”.
Lo han sido siempre, aunque hasta hace poco no han podido dejar huella escrita de su saber culinario. “Debido a los altos índices de analfabetismo que históricamente han existido entre las mujeres porque había una estructura que no quería que aprendieran a escribir, hasta el siglo XIX no se publicaron en España recetarios de mujeres”. Durante mucho tiempo a ellas les quedó solo la transmisión verbal. Expresiones como ‘puñado’, ‘miaja’ o ‘al gusto’ son vestigios de esa tradición oral. “Lo de especificar las cantidades es algo más reciente”, apunta Alcaraz.
El proyecto apenas está dando sus primeros pasos. “Creemos que comenzará a tomar un poco de cuerpo dentro de tres o cuatro meses”, pronostica Carmen Alcaraz. La primera parada de su gira por España será Ezcaray (La Rioja), a finales de agosto, dentro del Festival Gastronómico MAMA, que está planteado como un tributo a la cocina tradicional de nuestras madres en general y a la de Marisa Sánchez, conocida como “la madre de la cocina riojana” y fallecida hace casi un año, en particular. Allí organizarán un encuentro popular con la idea de que la gente se acerque a enseñarles sus recetarios y establecer un diálogo entre todos. “Probablemente esos cuadernos salgan de casa por primera vez y nos parece interesante que también salgan las historias que hay detrás. Esperamos recetarios heredados, con muchas manchas —lo cual es maravilloso—, escritos o mano o mecanografiados, lo que seguramente implique un proceso de transcripción por parte de los herederos. Estamos deseando ver los dialectos de cada región, las palabras que utilizan”.
Alcaraz reivindica el valor de los recetarios como género literario. “Un recetario se puede leer de muchas maneras. Te puedes quedar con el producto inmediato, las recetas, pero también se puede analizar desde el punto de vista lingüístico, grafológico o histórico. Es una literatura doméstica con muchos aspectos”.
Entre el 23 y el 25 de agosto estaremos en Ezcaray recordando la labor de Marisa Sánchez y la de tantas otras mujeres que han sido custodias y transmisoras de la cocina tradicional 😍 pic.twitter.com/9xj9YBLUzw — Los recetarios (@losrecetarios) 20 de junio de 2019
El plan es digitalizarlos en el mismo lugar (también los reciben vía mail). Al menos las portadas y algunas páginas o recetas que llamen especialmente la atención. No completos, porque no tienen capacidad para ello. “Para eso tendría que dejar de ser un proyecto de dos periodistas con un escáner”, bromea Carmen Alcaraz. Aunque con su ejemplo les gustaría animar a los organismos locales a recoger el guante y completar la tarea. También concienciarnos a todos sobre la significación de esas herencias familiares que no tienen precio pero sí mucho valor. “Queremos que la gente entienda que los recetarios son una huella cultural que se está perdiendo y con ello estamos perdiendo nuestro voz. La historia también se puede contar a través de cómo hemos comido”, asegura la periodista. Ella misma tira bastante de las recetas de sus ascendientes. “La mitad de mi familia es de León, algo que comparto con Ana porque sus padres también son de allí, la otra mitad es de Jaén, y esa mezcla se nota mucho en mi cocina. El hígado encebollado lo bordo, aunque no a todo el mundo le guste, y las lentejas con sabor leonés también me salen muy bien”.
Cualquier tipo de recetario será bienvenido. Porque en el cuadernillo de la tía Puri o en las apolilladas cartas de una bisabuela hay sabores, cultura y tradición culinaria traducidos a palabras. Cualquiera de esos apuntes puede ser clave para conocer mejor nuestra gastronomía. pic.twitter.com/ZcprGtseYa — Los recetarios (@losrecetarios) 18 de junio de 2019
