“Si hablo en nombre de mi generación es porque pertenezco a ella”
Sarah Andersen, creadora de ‘Sarah’s Scribbles’ y portavoz de los que aún no están preparados para crecer
La carrera de Sarah Andersen despuntó cuando en su segundo año en la Escuela de Bellas Artes creó Sarah’s Scribbles, un webcomic portagonizado por su alter ego: una chica de ojos saltones y pelo revuelto bastante corriente. Su estilo sincero y su humor universal convirtieron rápidamente sus historias en un pequeño fenómeno. Hay decenas de páginas creadas por fans que traducen sus viñetas. De hecho, revela que hace unos años tenía un rastreador para saber en qué parte del mundo se leían más. El primero era su país natal, Estados Unidos. El segundo, más sorprendente, era Rusia. El sector editorial pronto se fijó en ella. Los libros Un bollito feliz y Crecer es un mito (publicados en España por Bridge) recopilan sus mejores tiras. “Lo cierto es que no me gusta mirar mis trabajos una vez se han publicado”, reconoce, “creo que es un sentimiento común entre los artista. Cuando terminé mi primer libro estaba muy emocionada, pero cuando recibí una copia por correo no fui capaz de leerlo. Es contradictorio, porque la realidad es que me entusiasma que mi trabajo vea la luz. El próximo libro saldrá a fines de marzo en Estados Unidos y ya estoy como loca”. Recientemente pasó por Madrid y Barcelona para promocionar los dos primeros. Era su primera visita a España, pero asegura que volverá pronto, probablemente en abril y esta vez de vacaciones.
Es evidente que en ‘Sarah’s Scribbles’ hay mucho de ti, pero ¿hasta qué punto?
El personaje de Sarah es una vía para expresarme. Todas las historias vienen de, al menos, sentimientos propios. Reflejan emociones, pensamientos y reflexiones. Es cierto que a veces hay cosas que no incluyo o que muestro de manera un poco diferente, pero en general es todo bastante auténtico. Y gracias al humor puedo tocar temas que de otro modo sería imposible.
Las tiras nacieron en Tumblr y parece que eso marcó su formato [suele utilizar cinco viñetas cuadradas]. ¿Trabajar con una estructura fija te ayuda o te limita?
Realmente no sé cuál es el número estándar de viñetas de los cómics tradicionales, pero hay algo en las cinco viñetas que funciona de manera muy natural para mí. Es una estructura que se puede aplicar a casi todo, porque permite un diálogo pausado y luego hay una viñeta final con un mensaje potente. Es así como pienso cuando escribo. Pero hay veces que lo cambio y, por ejemplo, elimino el último panel. Nunca me he sentido limitada.
Se te suele presentar como la retratista de la generación ‘millennial’. ¿Te sientes cómoda con esa etiqueta?
Me encanta conectar con la gente a través experiencias compartidas, con las que todos nos identificamos. Pero es cierto que la palabra millennial y las etiquetas en general no me gustan. Todo te etiqueta. Por ejemplo, yo a mí misma me presentaría como 'Sarah Andersen, dibujante'. Pero los medios probablemente me presenten como 'Sarah Andersen, millennial, mujer y dibujante'. Si dibujo y hablo en nombre de mi generación es porque pertenezco a esa generación, no hace falta etiquetarlo todo.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte profesionalmente a dibujar?
Ese fue siempre el plan. Probablemente en preescolar ya sabía que quería ser una artista, así que acabé yendo a la escuela de arte. He tenido más éxito haciendo cómics que en otras disciplinas, pero sé que de alguna manera me habría dedicado a algo relacionado con el arte.
¿Cuáles son tus referentes?
Sin duda, Calvin and Hobbes. Creo que dibujo tanto gracias a esa tira cómica. Me encanta el dialogo que Calvin tiene con su sofisticado peluche. También el manga y el anime han influido mucho en mi trabajo, sobre todo en el diseño de personajes. Son extremadamente expresivos. Por ejemplo, Miyazaki, que es único manejando las emociones.
¿Cómo es una jornada normal para ti?
Cuando hago una tira para Sarah’s Scribbles es probable que me pase todo el día dándole vueltas a varias ideas y que hasta la noche no dibuje el cómic. Puede que mi proceso sea algo lento, sé que hay dibujantes que se les ocurre algo y lo hacen en seguida.
Las historias de ‘Sarah’s Scribbles’ tratan en gran medida de lo que supone crecer y convertirse en adulto. ¿Implica eso que las tiras tienen fecha de caducidad o el personaje irá madurando?
No creo que nunca se convierta en adulta. Puede que los temas y el tono cambien, o que los problemas de Sarah evolucionen un poco. Pero la idea de que un día sea completamente madura es un poco ridícula, perdería su esencia.
