El año en el que las actrices alzaron la voz
La igualdad salarial, el derecho a no ser madres o el acoso de los medios y las redes sociales han sido algunos de los temas que han reivindicado
Puede que este 2016 que casi acaba sea recordado en Hollywood como el año en el que las estrellas femeninas decidieron al fin plantarse. Una de las que más repercusión logró fue Jennifer Aniston, que en verano publicó una carta en el Huffington Post en la que reivindicaba el derecho de la mujer a no ser madre. “La realidad es que el acoso y la cosificación que he experimentado de primera mano desde hace décadas refleja la forma retorcida en que calculamos el valor de una mujer. La enorme cantidad de recursos que gasta la prensa simplemente para intentar dilucidar si estoy o no embarazada (por enésima vez) señala la perpetuación de esta noción de que las mujeres están de algún modo incompletas, son unas fracasadas o unas infelices si no están casadas y tienen hijos.”
La igualdad salarial ha sido uno de los asuntos más reivindicados por las estrellas de Hollywood. El debate comenzó el año pasado con el potente discurso de Patricia Arquette en los Oscars y el ensayo publicado por Jennifer Lawrence en Lenny Letter. Fue como abrir la veda: en los últimos meses cada vez más actrices han decidido exigir lo que les corresponde, y no solo en los medios. Robin Wright confesó que había dado un ultimátum a los responsables de House of Cards (serie de la que también es productora y, ocasionalmente, directora) para que igualaran sus honorarios a los de su marido en la ficción, Kevin Spacey. “Miré las estadísticas, y vi el personaje de Claire Underwood era más popular en ese momento, así que lo aproveché y les dije: ‘o me pagáis mejor o lo hago público. Y lo hicieron”. Más recientemente, Emmy Rossum también ha exigido no solo el mismo sueldo que su compañero de rodaje en Shameless, William H. Macy, sino ser compensada por las siete temporadas anteriores, en las que cobró mucho menos. El movimiento parece estar dando frutos. Por ejemplo, el Hollywood Reporter ha develado que Felicity Jones ha sido “con mucha diferencia” el miembro del casting mejor pagado de la nueva entrega de ‘Star Wars’.
Otras han denunciado al que se estaban viendo sometidas en redes sociales. Ninguno tan persistente como el que durante meses vivieron las protagonistas de Cazafantasmas, especialmente Leslie Jones, que en verano tuvo que abandonar Twitter a causa de los insultos machistas y racistas que estaba recibiendo. “Me han llamado simio, me han enviado fotos de sus culos, incluso una con semen en mi cara. Intento entender a los seres humanos. Estoy pasando un infierno personal. No he hecho nada para merecer esto”. La última en recibir el odio de las redes, ha sido Amy Schumer, tras anunciarse que sería Barbie en el cine: “Quiero agradecer a todos los 'trolls' que hayan dejado tan claro que soy la mejor elección para el papel. Es ese tipo de respuesta la que te hace ver que hay algo que está mal en nuestra cultura y que tenemos que trabajar todos juntos para cambiarlo", respondió ella en su Instagram junto a una foto en bañador.
El pasado mes de noviembre, Mila Kunis publicó una carta abierta en Aplus en la que contaba cómo después de negarse a posar ligera de ropa para la portada de una revista durante la promoción de su última película, un productor le amenazó con acabar con su carrera: "No volverás a trabajar en esta ciudad", le dijo. “A lo largo de mi carrera, ha habido momentos en los que he sido insultada, marginada, mal pagada, ignorada creativamente, y dicho de otra manera, subestimada por mi género”, escribió Kunis. “Siempre he tratado de dar a la gente el beneficio de la duda, quizá sabían más, quizá tenían más experiencia, quizá había algo que a mí se me escapaba. Me dije a mí misma que para tener éxito en esta industria como mujer, tenía que jugar con las reglas de los chicos. Pero cuanto mayor me hacía y más trabajaba en esta industria, más cuenta me daba de que es una mierda. Y, peor, de que yo era cómplice por permitir que sucediera”.
Emily Ratajkowski, por su parte, ha defendido su derecho a ser sexy sin que eso se considere una provocación a los hombres. La actriz contó cómo desde adolescente su entorno (familiares, amigos e incluso profesores) le había hecho sentir culpable por su atractivo, advirtiéndole de que no vistiera o actuara de determinada forma. Y todo con la mejor intención: pensaban que así la protegían de las críticas y los depredadores de la industria. “La vida no puede ser dictada por las percepciones de otros, me gustaría que el mundo me hubiera dejado claro que las reacciones a mi sexualidad no eran problema mío, sino de los otros”, escribió en Lenny.
Han sido muchas más, pero acabamos con la valiente fue confesión por parte de Evan Rachel Wood de que había sufrido abusos "físicos, psicológicos y sexuales". La protagonista de Westworld contó a Rolling Stone que había sido violada en dos ocasiones (la primera vez por su pareja, la segunda, por el dueño de un bar) y que hace siete años intentó suicidarse.
